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Alcaldes de Quito, Guayaquil y Cuenca unen fuerzas por la seguridad

Durante la mañana del 2 de septiembre, los alcaldes de Quito, Guayaquil y Cuenca acudieron a la sede de la Cancillería ecuatoriana para mantener un encuentro con autoridades del Gobierno nacional. En la reunión participaron la canciller Gabriela Sommerfeld y el ministro del Interior, John Reimberg. El propósito principal fue abordar la situación de seguridad en el país y coordinar estrategias conjuntas, en un contexto marcado por el incremento de la violencia y la amenaza del narcotráfico. Esta cita se llevó a cabo un día antes de la llegada del senador estadounidense Marco Rubio, cuya presencia se considera estratégica en materia de cooperación internacional.

Al término de la reunión, los alcaldes ofrecieron declaraciones a la prensa, destacando la importancia del trabajo articulado entre los diferentes niveles de gobierno. Aquiles Álvarez, alcalde de Guayaquil, explicó que el diálogo incluyó diversos puntos relacionados con la seguridad ciudadana, la prevención del delito y la atención a problemas sociales que influyen en la violencia urbana. Según indicó, se solicitó que el Gobierno designe a una persona encargada de dar seguimiento diario a temas como la situación de las personas en condición de calle, sin que toda la gestión se concentre únicamente en el combate directo al crimen organizado.

Álvarez también expresó su preocupación por la creciente inseguridad en el Golfo de Guayaquil, una zona que enfrenta dinámicas delictivas específicas relacionadas con el narcotráfico y el crimen marítimo. Señaló que este fenómeno no afecta de la misma manera a ciudades como Quito y Cuenca, por lo que insistió en establecer convenios que fortalezcan la presencia policial y las operaciones conjuntas con el Ministerio del Interior para contrarrestar estas amenazas. Para el alcalde, es fundamental que exista una coordinación permanente para enfrentar a los grupos delictivos que operan en esa área estratégica para el comercio y la economía del país.

En su intervención, Cristian Zamora, el alcalde de Cuenca, resaltó la importancia de esta reunión como un símbolo de cohesión nacional ante los retos del narcotráfico. Enfatizó que combatir estas bandas no debe ser solo tarea de la policía, sino que requiere un enfoque comprensivo que incluya a los municipios, al Gobierno central y a todas las comunidades sociales. Zamora insistió en la urgencia de comprender cómo estas redes criminales han logrado infiltrarse en el país, lo que demanda una respuesta decidida, ordenada y conjunta para impedir que sigan desintegrando la estructura social y afecten el porvenir de las próximas generaciones.

El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, estuvo presente en la conferencia de prensa y declaró que el encuentro ayudó a definir las responsabilidades que pueden asumir los municipios en el combate contra el crimen organizado. Según Muñoz, el tráfico de drogas es un peligro tan significativo que demanda una respuesta conjunta del Estado y de todas las entidades. Asimismo, mencionó que la próxima visita del senador Marco Rubio presenta la oportunidad de investigar acciones de colaboración internacional que fortalezcan las capacidades de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, con el fin de abordar de manera más efectiva a las organizaciones delictivas.

En relación con este contexto, el ministro del Interior, John Reimberg, reiteró el compromiso del Gobierno con una estrategia frontal contra los grupos delictivos. Durante su intervención, anunció que se prepara una marcha en la ciudad de Guayaquil con el lema de la paz, como parte de las acciones para visibilizar la unidad ciudadana ante la violencia. Recordó que ya se realizó una movilización similar en Quito y expresó su confianza en que la nueva convocatoria contará con el respaldo de la población guayaquileña y de ciudadanos de otras regiones. Reimberg insistió en que el país necesita mantener una postura firme y clara para restaurar la tranquilidad y la seguridad en todos los territorios.

El contexto actual indica que Ecuador se enfrenta a uno de los retos más significativos en los últimos años en temas de seguridad. El crecimiento del narcotráfico, la violencia ligada a organizaciones criminales y el incremento de crímenes violentos han impulsado a que las administraciones locales y el Gobierno central trabajen en conjunto para crear políticas más eficaces. En este marco, el encuentro realizado en la Cancillería no solo simboliza un foro de discusión, sino también un compromiso de colaboración que persigue obtener resultados concretos en el corto y mediano plazo.

Los funcionarios locales estuvieron de acuerdo en que la crisis de seguridad no es un problema independiente, sino un fenómeno que impacta en la estabilidad social, la economía y la percepción de confianza de la ciudadanía. La colaboración entre instituciones se presenta como la opción más firme para revertir esta tendencia, evitando que el crimen organizado siga ampliando su influencia. El reto, sin embargo, no se limita a implementar medidas de represión, sino que también requiere abordar aspectos sociales que fomentan la delincuencia, como la exclusión, la pobreza y la falta de oportunidades para los jóvenes.

La visita de Marco Rubio, programada para el 3 de septiembre, se considera como una ocasión para intensificar la colaboración entre Estados Unidos y nosotros en áreas de seguridad, inteligencia y control de drogas ilícitas. Los representantes locales y del gobierno esperan que esta visita impulse la puesta en marcha de iniciativas de apoyo técnico y provisión de recursos que refuercen la efectividad de las organizaciones encargadas de preservar el orden público. En un contexto en el que las amenazas son cada vez más desafiantes, la cooperación entre actores tanto nacionales como internacionales será esencial para detener el progreso del crimen organizado.

La población, por su lado, vigila con expectativa estas iniciativas y confía en que los pactos realizados se conviertan en resultados concretos. La exigencia de seguridad es una de las prioridades esenciales en toda la nación, y el éxito de las medidas dependerá del grado de compromiso y coordinación que consigan las autoridades. Los meses venideros serán cruciales para evaluar si la táctica implementada logra cambiar la tendencia de violencia y restablecer la paz que Ecuador requiere urgentemente.

Por Alice Escalante Quesada